sábado, 30 de abril de 2011

Aristócrata y poeta: la Princesa Bibesco

Marthe Bibesco (versión francesa de Marta Bibescu), nacida Marta Lucia o Marthe Lucie Lahovary o Lahovari, fue una célebre escritora y socialite rumano-francesa.


Era la tercera hija de Ioan Lahovary y Emma, princesa Mavrocordat, y pasó su infancia en las tierras de la familia en Baloteşti y en el balneario de moda de la costa francesa, Biarritz. En su presentación en sociedad, en 1900, conoció al príncipe Ferdinand de Rumania, heredero aparente del trono rumano, pero después de un compromiso secreto de un año, Marthe casó a los 17 con el príncipe George III Valentin Bibescu, vástago de una de las familias aristocráticas de mayor prestigio, cuyo territorio principal se hallaba en Strehaia.
George III Valentin Bibescu era sobrino de Gheorghe Bibescu de Basaran, hospodar (o príncipe) de Valaquia entre 1843 y 1848. La jefatura de éste había coincidido con la marea revolucionaria que culminó en 1a revolución d
e 1848. Nacido en Craiova como primer hijo de Dimitrie Bibescu -miembro de una familia de boyardos-, Gheorghe había estudiado Derecho en París y se casó con Zoe Brâncoveanu, la última de esta familia, por lo cual heredó todos sus títulos y riqueza. El matrimonio no resultó, pues Zoe se volvió mentalmente inestable. Bibescu entró en conflicto con la Iglesia Ortodoxa cuando intentó divorciarse pero lo logró en 1845. En septiembre de ese mismo año se casó otra vez, con Maria Văcărescu. El patrimonio Brâncoveanu pasó al hijo de Zoe y Gheorghe Bibescu, el príncipe Grégoire Bibesco-Bassaraba (padre de Anna de Noailles, la célebre escritora francesa, primera mujer nombrada Comandante de la Légion d'honneur).


Bibescu tuvo un interés temprano en la aviación: voló un globo al que nombró “Rumania” y que obtuvo en Francia en 1905. Más tarde intentó aprender a volar un aeroplano Voisin, también traído de Francia, pero sin éxito. Luego del vuelo demostrativo de Louis Blériot en Bucarest, el 18 de octubre de 1909, fue a París y se enroló en la escuela de Blériot en Pau. El 23 de enero de 1910 obtuvo la Licencia Internacional de Piloto nº 20. El príncipe fue co-fundador del Automóvil Club Rumano (1901) y del Comité Olímpico de su país (1914). Rumania estaba entre los primeros seis países del mundo en organizar carreras de automóviles. En 1904 Bibescu ganó la carrera Bucharest-Giurgiu-Bucharest, con una velocidad promedio de 66 km/h.

Fluida en francés desde temprana edad (incluso antes de poder hablar rumano), Marthe pasó los primeros años de su matrimonio bajo la tutela de su suegra, la princesa Valentina (nacida condesa Riquet de Caraman-Chimay), quien notó la extensa educación en literatura e historia europea de Marthe. Una vieja campesina, Baba Uţa [Outza], vio que también era versada en cuentos y tradiciones folklóricas de Rumania. Mientras tanto, su esposo George perseguía automóviles de carrera y otras mujeres pero aumentaba la fortuna familiar al mis
mo tiempo.


A pesar del nacimiento de su hija, Valentina, en 1903, a pesar del amplio círculo de amistades, Marthe se aburría. Cuando George fue enviado por el rey Carol I en una misión diplomática a Mozzafar-al-Din en Irán, hacia 1905, ella impacientemente se embarcó en el viaje, registrando sus observaciones en un diario. Los príncipes iban acompañados por Leon Leonida y Mihai Ferekide, Maria, esposa de éste, y Claude Anet. Era el primer viaje en automóvil a Persia, partiendo desde Galaţi y recalando en Ispahan. El viaje fue descripto por el escritor francés Claude Anet en su libro como "La Perse en automobile à travers la Russie et le Caucase (Les Roses d'Ispahan)". Durante el camino, se detuvieron en Yalta, donde Marthe encontró al escritor exiliado Maxim Gorki. Fue en 1908, por sugerencia de Maurice Barrès, que la princesa terminó sus impresiones sobre el viaje a Persia y las publicó.


Los críticos y periodistas franceses fueron entusiastas en sus declaraciones. Las memorias del viaje, Les Huit Paradises ("The Eight Paradises"), la introdujeron en una carrera vitalicia como exitosa escritora. Se introdujo en la crema de la Belle Epoque parisiense, moviéndose fácilmente entre las élites literarias, aristocráticas y políticas del momento. Fue premiada con el trofeo de l’Academie Française y conoció a Marcel Proust, quien le envió una carta alabando su libro: “Usted no es sólo una espléndida escritora, princesa, sino una escultora de palabras, una música, una proveedora de aromas, una poeta.”


De vuelta en Bucarest, en 1908, Marthe fue presentada al príncipe heredero alemán, Wilhelm, quien, pese a que Marthe se refería a él como “el III”, nunca sucedió a Wilhelm II. El Kronprinz era casado, pero durante los siguientes quince años le escribió cálidas y afectuosas cartas a Marthe. Ella y su esposo fueron invitados en Alemania, durante el otoño de aquel mismo año, como invitados personales de Wilhelm, a visitar Berlín, Postdam, Weimar y tomar parte en la regata imperial a Kiel. Marthe obtuvo el supremo honor de acompañar a Wilhelm en la limousine, mientras pasaban a través de la Puerta de Brandenburgo, ocasión reservada sólo a miembros de la familia imperial. Él trató de envolver a Marthe en las relaciones internacionales de la Europa de pre-guerra, intentando que fuera la mediadora oculta entre Francia y Alemania en el conflicto de Alsacia-Lorena.


Entre la nobleza europea, el divorcio era la muerte social, pero el flirteo definitivamente no. Mientras Marthe y George continuaban lo que actualmente se conoce como relación de mutua supervivencia, ambos continuaron con sus propios intereses. El príncipe francés Charles-Louis de Beauvau-Craon, enamorado de Marthe, sostuvo con ella un affaire que duró una década.


Cansada de sus desilusiones sentimentales, Marthe se retiró a Argelia, en aquel entonces parte del imperio colonial francés, con una tía de su esposo (Jeanne Bibesco), pensando en divorciarse de George y casarse con el príncipe de Beauvau-Craon. Pero sintió que no debía hacerlo. George probaría ser sorprendentemente generoso y comprensivo, obsequiándole con el palacio Mogoşoaia en 1912.


Un par de meses antes de la Primera Guerra Mundial, Marthe visitó España, siguiendo los pasos de Chateaubriand, su escritor francés favorito. En mayo, estaba de vuelta en su país para recibir al zar Nicolás II y su familia mientras visitaban Rumania por invitación de la princesa María, esposa del príncipe Fernando.


Cuando Rumania entró en la guerra del lado de los Aliados, en 1916, Marthe trabajó en un hospital en Bucarest hasta que el ejército alemán incendió su hogar en Posada, en los Alpes transilvanos. Abandonó el país para encontrarse con su madre y hermana en Ginebra, después de un exilio impuesto por el invasor alemán en Austria-Hungría (como invitada de la familia de los príncipes Thurn-und-Taxis en Latchen). Allí continuó escribiendo y sólo sus diarios llenaron 65 volúmenes.


En Suiza comenzó a trabajar en Isvor, Pays des saules ("Isvor, Tierra de Sauces"). Fue la obra maestra de la Marthe rumana, donde brillantemente convergió el día a día y las costumbres de su pueblo, extraordinaria mezcla de superstición, profunda filosofía, resignación y esperanza y la lucha interminable entre las viejas creencias paganas y la fe cristiana. La tragedia que sacudió su vida, cuando madre y hermana se suicidan en 1918 y 1920, respectivamente, no cambiarían a Marthe.

Para los Bibesco la vida después de la guerra fue más cosmopolita que rumana. Marthe frecuentaba a Jean Cocteau, Paul Valéry, Rainer Maria Rilke, François Mauriac, Max Jacob, y Francis Jammes. En 1919 fue invitada a la boda londinense del primo hermano de su esposo, el príncipe Antoine Bibesco, con Elizabeth Asquith. Antoine Bibesco (en rumano, Anton Bibescu) era abogado, diplomático y escritor, sería Ministro de la Legación Rumana en Washington, D.C. (1920-1926) y luego en Madrid (1927-1931). Su esposa Elizabeth Charlotte Lucy era la primera hija de Herbert Henry Asquith (Primer Ministro Británico en 1908). Marthe ocuparía por muchos años un apartamento en la casa de Antoine en el Quai Bourbon, donde mantuvo un salón político y literario.



Durante la posguerra reconstruyó Posada, su hogar en la montaña, y comenzó a restaurar la otra propiedad familiar, Mogoşoaia, con su palacio de estilo bizantino. De vuelta en Londres en 1920, conoció a Winston Churchill, comenzando una cálida amistad que duró hasta su muerte en 1965. Cuando su hija Valentina casó con el príncipe rumano Dimitrie Ghika-Comăneşti (en octubre de 1925) en una deslumbrante y tradicional ceremonia, tres reinas asistieron, creando un rompecabezas en el protocolo (la Reina madre Sophia de Grecia, la Princesa consorte Aspasia Manos de Grecia y la Reina María de Yugoslavia).


Moviéndose alrededor de Europa, aclamada cada vez que aparecía un nuevo libro, Marthe gravitó hacia el poder político más que ninguna otra cosa. Sin olvidar el anterior Kronprinz, Marthe sostuvo un corto affaire con Alfonso XIII de España y otro con el representante socialista francés Henri de Jouvenel. En este último caso, las diferencias de clase trastornaron la relación, algo que Marthe usó como base para su novela Egalité ("Equality", 1936). El Primer Ministro británico, Ramsay MacDonald, la encontró fascinante. Ella lo visitó bastante seguido en Londres y fue su invitada en Chequers. El premier le escribía tiernas misivas, en una amistad que finalizó sólo con la muerte de él.


Acompañando a George, a quien le gustaba pilotar rápidos aviones, Marthe volaba a todas partes: el Reino Unido (contaba entre sus amigos al duque de Devonshire, al duque de Sutherland, Vita Sackville-West, Philip Sassoon, Enid Bagnold, Violet Trefusis, Lady Leslie y miembros de la familia Rothschild), Bélgica, Italia, (donde conoció a Benito Mussolini in 1936), la colonia italiana en Libia, Estambul, los Estados Unidos (en 1934, como invitados de Franklin D. Roosevelt y su esposa Eleanor), Dubrovnik, Belgrado y Atenas.




Con la Duquesa de Windsor en la Embajada norteamericana en París

Donde escribiera era un éxito de crítica y por lo tanto sus libros se vendían muy bien. Pero el dinero no era suficiente para cubrir los pesados gastos de su proyecto en Mogoşoaia (donde, por ejemplo, el pavimento del Gran Hall estaba cubierto de oro), por lo que comenzó a escribir romances bajo el seudónimo de Lucile Décaux y artículos para revistas de moda bajo su propio nombre. Mantuvo un largo contrato con The Saturday Evening Post y Paris-Soir.


En los ’20 y ’30 el palacio de Mogoşoaia se convirtió en “la segunda Liga de Naciones”, como le llamó el Ministro francés de Asuntos Extranjeros, Louis Barthou. Allí, anualmente, Marthe hospedaba a la realeza (entre otros, Gustavo V de Suecia y la reina de Grecia), la aristocracia (como los príncipes Faucigny-Lucinge, los príncipes de Ligne, los Churchill, los Cahen d'Anvers), políticos y ministros, diplomáticos y escritores (Paul Morand, Antoine de Saint-Exupéry).


Cuando los vientos de guerra empezaron a soplar nuevamente a través de Europa, la princesa se preparó. Visitó Alemania en 1938 para ver a Wilhelm y fue presentada a Hermann Göring; visitó el Reino Unido en 1939 para encontrarse con George Bernard Shaw. Su nieto Ion Nicolae Ghika-Comăneşti fue enviado a una escuela en Inglaterra aquel mismo año (y no volvería a ver a su tierra por 56 años). Rumania entró en la guerra en 1941, esta vez del lado perdedor.




El príncipe George III Bibesco murió junio de 1941; su relación se reforzó durante su enfermedad, aunque él mantuvo a sus amantes. Después de visitar París ocupada por los nazis y Venecia, hizo una visita secreta a Turquía en 1943 junto a su primo el príncipe Barbu II Ştirbey (Barbo Stirbey), tratando de negociar la retirada de Rumania. Cuando el Ejército Rojo invadió su país, la propiedad de Mogoşoaia fue expropiada en marzo de 1945: en abril, Marthe dio permiso a las nuevas autoridades para declarar al palacio como monumento histórico. Luego partió para no regresar, el 7 de setiembre de 1945.



Irónicamente no fue Marthe sino su prima Elizabeth, la esposa de Antoine, la última de los Bibesco en ser enterrada en los terrenos de Mogoşoaia luego de su muerte en abril de 1945. Ni Marthe ni Antoine retornarían a Rumania. Cuando el gobierno comunista tomó el poder en 1948, todas las propiedades Bibesco fueron confiscadas y el dominio de Mogoşoaia, palacio y parque incluidos, fue nacionalizado. Su hija Valentina y el esposo de ésta, Dimitrie Ghica-Comanesti, que habían heredado el palacio, fueron arrestados y les fue impuesta una residencia obligatoria en Curtea de Arges.



El Palacio de Mogoşoaia


Marthe permaneció en París, primero viviendo en el Ritz entre 1946 y 1948 y luego en su apartamento del 45 Quai de Bourbon. Cuando visitaba Londres recibía a sus amistades en el Savoy, como en el caso del Rey de España, que la visitó bajo un nombre falso. Sus besos apasionados quedaron inmortalizados en los diarios de la escritora: “Nunca olvidaré su beso, tan extrañamente casto, insistente, buscando mis labios y sellándolos con los suyos… un momento que ambos habíamos sentido que demoraba en llegar”.


En 1955 fue aceptada como miembro de la Academia Belga de Lenguaje y Literatura Francesa, en el sitio previamente ocupado por su concuñada Anna de Noailles (nacida princesa Bassaraba de Brancovan). En 1962 fue premiada con la Légion d'honneur.



Ahora una grande dame, disfrutó su última gran amistad con un líder poderoso, Charles de Gaulle, quien la invitó en 1963 al palacio del Elíseo para asistir a una recepción en honor de los soberanos suecos. Cuando visitó Rumania en 1968 De Gaulle llevó con él una copia de Isvor, Pays des Saules para que se lo autografiara y ese mismo año le dijo a Marthe: “…usted, para mí, personifica a Europa”. Marthe tenía 82 años.



Últimos años en París

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